En internet hay millones de páginas sobre psicología (trastornos, tratamientos y terapias…) algunas de ellas enriquecedoras. Pero es recomendable tomar con cautela y contrastar con una fuente solvente esta información, porque si el papel lo “aguantaba todo” el espacio virtual aguanta aún más. La información, correcta ó incorrecta, se copia, mal traduce, reinterpreta, exagera ó inventa y el autor suele ser tan irresponsable como anónimo y gratuito. Muchos portales son soportes publicitarios que no filtran el contenido ó disfrazan de ciencia segura los anuncios y publirreportajes. Hay un riesgo relevante de confundirnos y operar con información perjudicial para nuestra salud, además de para nuestro bolsillo, sobre nuestra mente, felicidad, estado, diagnóstico, procesos de cambio, etc.